Robin fue el último de los 50 perros que fueron salvados de un matadero de perros y una granja de carne en Yongin, Corea del Sur.
No se dio cuenta en ese momento, pero en el momento en que se liberó y dio sus primeros pasos fuera de su jaula, toda su vida cambió. Es lamentable que todavía se comercialice carne de perro en algunas partes del mundo.
Todos los animales inocentes que son maltratados por los humanos deben ser tratados con compasión y respeto.
“Colaboramos con organizaciones de derechos de los animales de Corea del Sur en este rescate para evitar que los 50 perros fueran sacrificados después de que las autoridades cerraran la instalación”.
Los perros fueron encontrados en jaulas de metal esterilizadas sin agua ni comida. Trabajando con las autoridades locales, Humane Society International/Korea, LIFE, Korean K9 Rescue y Yongin Animal Care Association se movilizaron para ayudar a salvar a todos los perros.
El matadero de perros de Taepyeong, el más grande de Corea del Sur, se cerró en 2018, mientras que el mercado de carne de perro Gupo en Busan se cerró en 2019.
El alcalde de Seúl declaró la capital de la ciudad “libre de matanza de perros” en octubre de 2020, mientras que el tribunal supremo del país dictaminó un año antes, en 2019, que un criador de perros que electrocutó a cachorros infringía la Ley de Protección Animal.
La decisión podría tener consecuencias de gran alcance para una industria que depende casi exclusivamente de la electrocución como medio de ejecución.
¡Gracias por su ayuda, organizaciones miembros!”