¡Qué espectáculo! La sala está llena de pilas gigantescas de monedas de oro, cada una de ellas brillando bajo la luz tenue, creando una abrumadora sensación de riqueza y grandeza.
El gran volumen de monedas, algunas apiladas cuidadosamente mientras que otras se esparcen por el suelo de piedra, da la impresión de un tesoro intacto, escondido durante siglos. Cada moneda cuenta una historia, su superficie reluce con historia y valor. El aire se siente denso de misterio, como si este tesoro escondiera secretos de civilizaciones antiguas, esperando ser descubiertos. Es una escena de época, donde lo antiguo y lo nuevo cobran vida en cada reluciente pila.
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