La ciudad hundida de Baiae, situada frente a la costa occidental de Italia, ha cautivado a historiadores y arqueólogos durante siglos. Baiae, que en su día fue un lujoso refugio para las élites romanas, como Julio César, Nerón y Adriano, era famosa por sus opulentas villas, sus grandes templos y su vibrante vida social. Esta encantadora ciudad costera simbolizaba el apogeo de la extravagancia romana y atraía a los ricos y poderosos que buscaban relajación y placer.
En el año 79 d. C., la erupción del Vesubio alteró el paisaje y provocó que Bayas quedara parcialmente sumergida, al igual que las ciudades más famosas de Pompeya y Herculano. Durante más de 1700 años, sus tesoros permanecieron ocultos bajo las olas, un testimonio silencioso de su antigua gloria.
Redescubierta en tiempos modernos, Baiae ha emergido como un fascinante sitio arqueológico submarino, que ofrece perspectivas únicas sobre la arquitectura y el estilo de vida romanos. Ruinas sumergidas, mosaicos intrincados y los restos de lujosos baños ofrecen una visión de un mundo de lujo y sofisticación. Hoy, Baiae se erige no solo como un símbolo de la opulencia romana, sino también como un recordatorio del poder de la naturaleza y el paso del tiempo, y sigue intrigando a quienes exploran sus profundidades.