Con cada respiración que tomas, te embarcas en un viaje que es tan profundo como maravilloso: un viaje lleno de infinitas posibilidades y amor ilimitado. Como tus padres, estamos asombrados por el milagro de tu existencia, maravillándonos de la belleza de tu ser y de la promesa que tienes para el futuro.
En tus pequeñas manos, vemos el potencial de tocar las vidas de otros con bondad y compasión, de dejar una marca indeleble en el mundo que es exclusivamente tuyo. Porque aunque seas pequeño de estatura, tu presencia ya ha iluminado nuestras vidas de maneras que nunca creímos posibles.
Mientras das tus primeros pasos tentativos en este mundo, debes saber que estás rodeado de amor, un amor que no conoce límites y se extiende más allá de los confines del tiempo y el espacio. Eres la culminación de nuestras esperanzas y sueños, la encarnación de nuestros deseos más profundos de un mañana mejor.
Bienvenido a este mundo, querido. Que tus días se llenen de risas y alegría, y que siempre conozcas la calidez de nuestro abrazo. A medida que creces y exploras las maravillas de la vida, que encuentres consuelo sabiendo que nunca estás solo, que siempre eres apreciado y amado.